Con su venia, compañero Presidente.
(Habla en purépecha)
Compañeros y compañeras Senadoras de la República:
Presento la siguiente iniciativa con proyecto de decreto por el que se declara 2019 como el Año de las Lenguas Indígenas, a nombre del compañero Senador Ricardo Monreal y a nombre propio.
Las lenguas indígenas nacen en los pueblos, nacen de la comunidad, yo quiero hablar de un pueblo de gigantes, un pueblo que ha sobrevivido a la historia, un pueblo que ha padecido el colonialismo y el genocidio.
Vengo a hablar de un pueblo siempre incomprendido, despreciado por los necios y respetado por los grandes pensadores.
Vengo a hablar de un pueblo golpeado, olvidado, marginado, pero jamás vencido.
Vengo a hablar de un pueblo que se crece en las grandes batallas y que también ha dado su vida, que también ha dado su sangre por la libertad de esta Patria.
Un pueblo que también ha dado hijos de la talla del gran Morelos, Benito Juárez, Ignacio Manuel Altamirano y el gran Emiliano Zapata.
Vengo a hablar de los pueblos indígenas, esos que también han sufrido el robo institucionalizado, que han sufrido de la parcialidad de la justicia y que han sobrevivido gracias a los fuertes vínculos de solidaridad entre sus miembros, pero, sobre todo, que se han cobijado bajo el manto de la lucha diaria y permanente contra el robo y el despojo.
Y hoy les vengo a presentar el manto glorioso con el que el pueblo purépecha se ha cobijado en los últimos años para hacerse presente en la historia, esta bandera representa las cuatro regiones de Michoacán: el morado representa la región de la Ciénega; el azul representa la región Lacustre; el amarillo representa la región de la Cañada; y el verde representa a la Meseta Purépecha.
Al centro tenemos el símbolo que encierra toda la herencia de un pueblo nunca vencido con el lema “Juchari Uinapekua”, que en purépecha quiere decir “Nuestra Fuerza”, que simboliza la unión de todas las regiones de los pueblos indígenas de Michoacán.
Esta bandera representa a mujeres, a hombres, a trabajadores, a mártires, a presos políticos; representa a nuestros asesinados por la defensa de su tierra.
Abrazados a esta bandera tenemos claro que el estudio y la organización colectiva son necesarios para mantenernos vivos, y que dentro de esta misma organización hemos aprendido a unificarnos con otros hermanos que también luchan por la justicia social, la educación, la salud, la vivienda y el reconocimiento pleno de nuestros derechos, el reconocimiento a nuestros usos y costumbres, como a las formas de gobierno.
Los pueblos indígenas de México no estamos por encima de nadie, pero tampoco estamos por debajo de nadie. Somos herederos de una tradición histórica y milenaria, no somos mejores ni peores que los demás, somos como los demás, pero con una cultura y lengua y formas de vida propias.
Tenemos claro que para luchar por una Patria nueva no sobra nadie, ningún sector, ningún pueblo, ninguna organización, ningún pensamiento, todos nos necesitamos.
Todos los que luchen contra el hambre y la pobreza y la injusticia son nuestros hermanos.
Son de los nuevos aquellas mujeres que luchan por sus derechos y contra los feminicidios.
Son los nuevos, los jubilados.
Son los nuestros, los desempleados.
Son los nuestros, los intelectuales.
Son los nuevos, los periodistas, que a diario se juegan la vida y la libertad por denunciar la injusticia y la corrupción, ellos son los nuestros, los que no han sido vencidos, no sólo somos nosotros los pueblos indígenas.
Yo vengo de una bella región de Michoacán, soy de un pueblo llamado Sicuicho, cerquita de otro pueblo hermoso llamado Pamatácuaro, rodeado de varios pueblitos como Cherato, Uringüitiro, San Luis, San Antonio, San Marcos, San Benito, San Isidro, sin olvidar a mi hermoso Uruapan.
Ya vine a hacer propaganda turística, pero la verdadera cultura y la tradición de nuestros pueblos indígenas se vive en los propios pueblos, no en las ciudades solamente catalogadas como coloniales.
Estos pueblos están haciendo enormes esfuerzos por conservar su forma de vida, por mantener viva sus manifestaciones culturales y hasta educativas.
Hacen enormes esfuerzos por mantener vivas sus lenguas maternas junto con muchos pueblos indígenas del país.
En México somos un poco más de 7 millones de hablantes de las lenguas indígenas, y según estadísticas del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, Inali, existen 64 variantes lingüísticas con muy alto riesgo de desaparecer, lo que genera un panorama realmente alarmante, no solamente para los pueblos de México, sino para los pueblos de la humanidad.
De no tomarse medidas oportunas una gran mayoría de las lenguas minoritarias continuarán desapareciendo a un ritmo acelerado, lo que significaría una pérdida irreversible para la historia, tradiciones y memorias milenarias de los pueblos, de las que hablamos.
Para concluir quiero comentar que en México la pérdida de una de sus lenguas supone un daño irrecuperable a la cultura y a nuestra identidad, es por ello que el compañero Senador Ricardo Monreal y el de la voz proponemos la declaración nacional del 2019 como el Año de las Lenguas Indígenas, como una medida para concientizar sobre la grave pérdida de las lenguas indígenas y la necesidad apremiante de conservarlas, revitalizarlas, promoverlas y de adoptar nuevas medidas urgentes a nuestro, a favor de nuestros pueblos y comunidades indígenas a nivel nacional.
Nunca más un México sin los pueblos indígenas.
Agradezco su atención, compañeras y compañeros.
Es cuanto, compañero Presidente.
Muchas gracias.
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