Editorial: Coronavirus

La propagación del nuevo coronavirus cimbró las estructuras políticas y económicas de todo el mundo. En Michoacán tan solo bastó la aparición de un par de casos para que se encendieran las alarmas y esto obligara a las autoridades a ordenar el cierre de toda actividad  esencial.

No obstante, estas acciones han variado según la región y han dejado claro el compromiso  y la experiencia que muchas de sus autoridades tienen en el manejo de una crisis gubernamental con tales dimensiones.

El caso particular de Uruapan parece preocupante y opaco. Mientras gran parte de las administraciones (como Morelia, Zamora e incluso Jacona) han comenzado a implementar medidas más duras, como la sanitación de mercados públicos y el uso de fuerza policial para la disuasión de la circulación peatonal,  el segundo municipio más grande del estado se mantiene a raya para comenzar a realizar medidas más rígidas.

De igual forma, la carencia de logística y una campaña adecuada de medios por parte de las autoridades municipales, no ha permitido que los uruapenses puedan conocer a ciencia cierta las medidas para detener la ola económica que dejará el COVID en nuestra ciudad.

Las autoridades locales deben enfocarse en difundir a través de todos los canales las formas de apoyo municipal y las reglas que nos podrán ayudar a contener esta crisis, de lo contrario no solo fracasará la administración municipal, sino que puede desatarse una crisis como la que varios países Latinoamericanos (entre ellos Ecuador) están viviendo en sus regiones más críticas

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